domingo, 15 de diciembre de 2013

DIA 18: COORDINACIÓN MOTRIZ

Ø  LA COORDIANACIÓN MOTRIZ.

 Realizar movimientos finos y gruesos requiere control y dominio de los distintos grupos musculares que van madurando a lo largo de las etapas trascurridas entre el nacimiento y los catorce años. Pero, además, los movimientos coordinados  precisan un buen control tónico-postural, por eso, este contenido de la psicomotricidad se ha de considerar separando la actividad tónica de la actividad de relación.

  • Concepto.
La coordinación ofrece la posibilidad de contraer diferentes grupos musculares de forma independiente, así como de inhibir movimientos parasitarios, tales como las sincinesias. Por ejemplo, el hecho de recortar con tijera exige la actuación y el control de varios músculos y, al mismo tiempo, relajarlos que no han de actuar no participar (como los de la boca).
La coordinación permite llevar a cabo movimientos que implican a varios segmentos corporales para efectuar una acción previamente representada. Un ejemplo de ello es el acto de escribir, para el que se requiere una buena integración, conocimiento y dominio del esquema corporal.
Por tanto, se puede definir como el trabajo conjunto de varios músculos o grupos musculares para llevar a cabo un movimiento complejo y voluntario por parte del sujeto. Expresa la armonía de juegos musculares, que se manifiesta tanto en reposo como en movimiento y que no madura completamente hasta catorce o quince años. Una buena coordinación implica adaptar un movimiento a un objetivo que se trata de conseguir (escribir, recortar, según unas pautas). La calidad de los movimientos coordinados  expresa la madurez y la calidad afectiva  e intelectual de una persona, por el contrario, una mala coordinación dificulta cualquier nivel de actuación  y actualidad.
Por último, la coordinación es un proceso que asegura la combinación de mensajes cerebrales hasta los órganos  electores, posibilitando, además, que los músculos cooperen en la respuesta que se ha de dar.
Las condiciones  que son necesarias para una buena coordinación son las siguientes:
  • Un buen funcionamiento de los sistemas motores (piramidal y extrapiramidal) y del cerebelo, que organiza la acción coordinada de los músculo, asegura tono de base y mantiene el equilibrio y las posturas.
  • Control vestibular, gracias a la acción de los canales semicirculares, situados en el oído  interno.
  • Control visual y de la sensibilidad propioceptiva profunda.
  • Suficiente grado de madurez de los mecanismos musculares.
  • Tipos de coordinación general.
Para poder establecer las clases de coordinación se deben tener en cuenta las distintas funciones que desempeñan los músculos y que permiten efectuar actividades.
Unos músculos se encargan de la actividad muscular estática o tónica y otros de la actividad muscular cinética o dinámica; por tanto, la coordinación presenta dos aspectos:
  • Actividad tónica. Coordinación estática. La base está en el tono, que se manifiesta  y sostiene las posturas, actitudes, gestos  y equilibrio. El recurso más actualizado para trabajarlo  desde la psicomotricidad es la relajación.
  • Actividad  de relación. Coordinación dinámica. Comprende estos aspectos:
o    Dinámica corporal o global : marchas, carreras, saltos y otras formas de desplazamiento.
o    Dinámica manual:
a.)  Movimientos de los brazos y manos: dinamismo manual
b.)  Movimientos de dedos: motricidad digital.
c.)  Ajuste o cálculo entre ojo y la mano o el pie: motricidad viso- motora.
o    Actividad tónica. Control tónico postural.
El tono es un contenido importante de la psicomotricidad, por ser inseparable del esquema corporal. Prepara los músculos y los vuelve aptos para la acción. Para tomar conciencia de la propia tonicidad basta con observar  el  grado de tensión de los musculos; aumenta en los momentos de excitación, de angustia y ansiedad, disminuye al relajarse y durante  el sueño.
Se puede decir como el estado permanente de ligera contracción muscular en el cual se encuentran los músculos estirados.  Puede ir  desde una contracción exagerada y ,  por tanto, patológica ( paratonía, catatonía )  hasta una decontracción  (hipotonía). Cuando el grado de contracción es fuerte, se habla  de hipertonía y una tonicidad armoniosamente equilibrada es la eutonía. En cada sujeto la tonicidad es diferente, ya que varía según la forma de ser  y la personalidad de cada uno.
En cuanto a la relación existente entre el tono y otros aspectos de la psicomotricidad, se ha de señalar que muchos autores, entre ellos. Wallon, opinan que el tono está en la base e las actividades motrices y posturales. Por tanto, cabe afirmar que es el punto de partida de:
o     El movimiento. Las conductas motrices no serían posibles sin un fondo tónico.
o    Las posturas. Las posiciones, las actitudes, los gestos, la mímica en general y el equilibrio descansan y se apoyan en él. Por eso el tono fija la actitud, prepara  el movimiento, sostiene el gesto y mantiene el equilibrio del cuerpo.
o    La estructuración del esquema corporal. Es el elemento fundamental en la integración del esquema corporal. Un buen control tónico permitirá sentir el cuerpo disponible y hará posible el uso correcto de cada uno de sus padres.
Por lo demás, hay una relación muy estrecha entre el tono, la vida afectiva y la vida de relación. Por esta razón las tensiones  psíquicas se expresan y manifiestan siempre mediante tensiones musculares y corporales, en general. Muchas veces los dolores de cabeza, musculares o desarreglos intestinales son síntomas de tensiones psíquicas. Ya que sobre el tono quedan marcadas manifestaciones de la personalidad y sus aspectos patológicas.
Para reducir las tensiones musculares, corporales y psíquicas, se puede utilizar la relajación (un buen recurso de la psicomotricidad).

Ø  El control postural.

Las posturas están íntimamente relacionadas con el tono, formado una unidad tónico-postural. Un buen control de ambos aspectos permite que el cuerpo adopte una posición determinada, mantenga un gesto y prolongue y realice todo tipo de movimientos.
Las posturas se convierten en posiciones que se pueden realizar con el cuerpo ( de pie, sentado, tumbado, de rodillas, en cuclillas…) en gestos, expresados de forma individualizada, con cada parte del cuerpo( muevo mi cabeza  como yoyo, hago como si comiera un pastel…) o en actitudes  que se expresan con todo el cuerpo ( tengo mucho miedo, estoy paralizado del susto). Se jugará con los niños y las niñas para que puedan expresar distintas posturas mediante el cuerpo.
Igualmente, manteniendo una postura puedo trabajar el equilibrio estático (somos espantapájaros, una estatua, una cigüeña dormida) o desplazarse con ella y ejercitar  el equilibrio dinámico (salto y corro como un canguro, cruzo en el rio pisando sobre las piedras para no mojarme los pies).
Ya se ha comentado que tanto las posturas como el equilibrio y los movimientos están sostenidos por el tono; por tanto son inseparables en la educación psicomotriz y sólo desde el trabajo conjuntado de todos los aspectos se podrá conseguir en el niño la autonomía del gesto y una correcta adaptación del esquema corporal y espacial.
Por el contrario, cuando no se logra control tónico postura, pueden aparecer anomalías o perturbaciones del tono y de las posturas denominadas distonías. Una distonía  de actitud muy conocida es tal tortícolis, en ella el movimiento está fijado y rígido. Cuando la distonía aparece por desajustes emocionales o afectivos se manifiesta a través de hipotonía y se denomina distonía neurovegetativa. Se puede dará en cuadros depresivos.

Ø  Evolución de los movimientos coordinados.

En la calidad del movimiento y en su integración hay que considerar tres factores: la precisión, la rapidez y la fuerza muscular. El dominio y establecimiento de cada uno de ellos determina y delimita las tres grandes etapas de la coordinación dinámica. La etapa de precisión ( de cero a siete años) es la de mayores progresos, y la única que interesa conocer, porque es la que afecta a los niños de estas edades de infantil. Pero nos parece importante destacar las siguientes características de la etapa de rapidez para sabe lo que no se puede exigir en la escuela.
Los rasgos más representativos de la 1ª etapa de la coordinación señalados por M. Molina Costallat: Psicomotricidad, la entidad psicomotriz. Losada. 1984 son los siguientes:
El niño ha de ir integrando precisión en sus movimientos lentamente, y para ello requiere seis años de su desarrollo; suficiente madurez anatómico-fisiológica, psíquica  e intelectual; estimulación, y que no se le exija rapidez y que se respete su ritmo.
En  los primeros años de la etapa, los movimientos del niño carecen de precisión, lo que no significa incoordinación. A medida que su sistema nervioso madura, aumenta la precisión y los movimientos se vuelven seguros y menos vacilantes. Al finalizar la etapa, los movimientos, hechos a un ritmo normal (sin exigencias de rapidez) adquieren precisión y seguridad; para ello los grupos musculares  se han ido independizando y ha aumentado su capacidad para inhibir o relajar los músculos que no entran en acción.
A partir de estos  datos, no se debe olvidar  lo importante que es respetar al niño desde la educación psicomotriz y mediante la práctica del movimiento, trabajar la independencia y disociación de unos segmentos corporales con respecto a otros, tanto a nivel de coordinación dinámica corporal, como en la dinámica manual.
Por último se ha de tener en cuenta que la principal característica de los movimientos en la etapa infantil, si se compara con la etapa siguiente, es la lentitud y que sólo, respetándola se logra adquirir precisión del gesto que se requiere para ejecutar un movimiento práxico complicado, como es el caso de la escritura. Por tanto, se le ha de trabajar lentamente al recortar, al colorear, al trepar, y ayudar a inhibir la impulsividad en sus tareas escolares.
Con cinco o seis años crece la capacidad de disociación del movimiento de manos y dedos; mejora también la flexibilidad de los músculos de la mano y el pequeño puede realizar con más soltura movimientos simultáneos, lo que le permitirá manejar con más facilidad papel y lápiz, recortar, colorear, punzar y hacer cualquier actividad que requiera coordinación óculo-manual, y dinámica manual.

Ø  Educación de la coordinación.

Para establece un programa de educación de la coordinación, por un lado, se trabajan el tono y las posturas; por el otro, la actividad de relación o coordinación dinámica :
o    El tono y las posturas. El tono se trabaja utilizando la relajación como recurso. Se plantea ejercicios a nivel global y segmentario, usando métodos y ejercicios variados.
Ejemplo de ejercicio global: tumbados los niños, se les pone una música relajante y con voz suave, se les trasmite sosiego y tranquilidad. También, se pueden utilizar otros recursos (pasarles un balón suavemente).
Ejemplo de ejercicio segmentario: Inventar un cuento: “Somos un muñeco de trapo” y estamos llenos de serrín , lentamente vamos vaciando cada parte y nos quedamos flojos y relajados ( de cinco a seis años).
Las posturas están relacionadas con el tono y se pueden trabajar a la vez ( “somos estatuas ” y vamos cambiando de posición … “ somos arboles que crecen”…)
o    Coordinación dinámica global: Se trata de acciones en las que participan fundamentalmente los miembros inferiores y /o  en simultaneidad con los superiores. Explorar el espacio manejando diversas formas de desplazamiento: marchas, carreras, arrastre, las diversas formas de equilibrio dinámico.  El objetivo será siempre un mejor dominio de la actividad corporal.
o    Coordinación dinámica manual. Son acciones en las que intervienen movimientos de ambas manos, en colaboración con la vista, estableciéndose una coordinación viso-manual. Para que el gesto coordinado de ambas manos ejecute con precisión , es preciso que el ojo efectúe un cálculo, adecuando el tiempo, regulando la distancia y controlando el movimiento. Al mismo tiempo, se exige disociación de movimientos.
Cabe distinguir los siguientes movimientos de coordinación dinámica manual:
1.      Por la manera de ejecución :
o    Movimientos simultáneos de ambas manos (tocamos el piano)
o    Movimientos alternativos. Las manos actúan en sucesión ( tocamos el tambor).
o    Movimientos disociados ( una mano  sujeta y otra recorta).
2.     Por el tipo de dinamismo que entra en juego:
o    Movimientos digitales puros (ensartar).
o    Movimientos de manipulación (bordar, coser…)


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