§
Concepto y definiciones.
El esquema corporal está
íntimamente relacionado con la orientación y la estructuración del espacio, por
tanto una correcta orientación espacial dependerá de conocimiento y la
estructuración del esquema corporal, ya que el niño no puede saber si los
objetos están arriba o abajo, o delante o detrás, si antes no ha aprendido que
la cabeza está arriba, los pies abajo, la espalda detrás y la barriga delante.
Mucchielli, por medio del
concepto de estructuración reciproca, explica la relación que hay entre
construir el esquema corporal y estructurar el espacio. Por medio de la
práctica del movimiento, el pequeño estructura simultáneamente su esquema
corporal y el espacio que lo rodea; es decir, la integración de las distintas
partes del cuerpo en un esquema corporal, va unida a una ubicación correlativa
de lo objetivos y del cuerpo en una orientación recíproca.
Esto indica que el niño no
ubica los objetos en el espacio porque no tiene bien estructurado el esquema
corporal, pues sólo se puede estructurar el espacio a partir del cuerpo.
Esto indica que el niño no
ubica los objetivos en el espacio porque no tiene bien estructurado el esquema
corporal, pues sólo se puede estructurar el espacio a partir del cuerpo.
J.M.Tasset:
(Teoría y práctica de psicomotricidad. Paidós. 1980)
entiende por esquema espacial la orientación y estructuración del mundo
externo, relacionado éste con yo
referencial, en primer lugar, y luego con otras personas y objetos, ya se
hallen en situación estática o en movimiento. Se trata, por tanto, del
conocimiento de los otros y de los objetos a partir de la organización y el
conocimiento del propio cuerpo, que es tomado como parte de referencia.
Mucchielli:
la dislexia , causas, diagnostico y recuperación 1979 ,
afirma que orientarse en el espacio es verse a sí mismo y ver las cosas en él
por relación a uno mismo, es dirigirse con facilidad de un lado a otro…
Orientarse estabilizar el espacio vivido y, en consecuencia, poder situarse y
obrar. Es ubicar correlativamente los objetivos y el cuerpo en una orientación
reciproca.
Para R. Rigal, la
percepción del espacio consiste en percibir lo trazado, forma y contorno de una
superficie de un volumen, localizar los objetos entre ellos, situarlos con
relación a nosotros y orientarnos con relación a ellos.
Según J.Le Boulch, el
dominio del espacio “vivido” implica:
§
La apreciación de las direcciones
(orientarse en el espacio).
§
La distinción de las distancias (puntería).
§
La localización de un objeto en
movimiento(darse cuenta de la trayectoria y la velocidad del objeto)
Ø Delimitación de términos: orientación, organización y
estructuración espacial.
La noción de espacio no es
innata, sino que se construye a través de la acción y de múltiples datos
sensoriales. Unas nociones presentan menor dificultad y otras, más complejas,
no se adquieren hasta el período de las operaciones concretas.
M. Condemarín delimita y
diferencia orientación, organización y estructuración espacial del siguiente
modo:
·
Orientación.
Supone
determinar la posición de un objeto con respecto a unas referencias espaciales
que están en el propio cuerpo (ejes verticales, horizontales y puntos
cardinales). A partir de ellas se puede
localizar arriba-abajo, alto-bajo, delante- detrás , derecha- izquierda…
·
Organización.
Es
la manera de disponer los elementos en el espacio o en el tiempo, o en los dos
a la vez; es decir, saber como se establecen relaciones espaciales, temporales
o espacio-temporales entre elementos que son independientes. Es posible
organizar los elementos en el espacio y en el tiempo determinando relaciones de
proximidad, lejanía, orden, anterioridad… Si se le presentan al niño cuatro
letras (s-o-p-a) o cuatro números (2-8-4-3) que de momento, son independientes
y se le indica que los organice de manera que se pueda leer una palabra, él
efectuará varias formas de organización (sopa, paso, sapo). Se puede hacer lo
mismo con los números o con los elementos de una sala. No se requiere mucho
esfuerzo mental; cabe hacerlo por tanteo, haciendo uso de sus propias
percepciones.
·
Estructuración.
Se
trata de establecer relaciones entre los elementos que han de formar un todo
significativo. Tales elementos no son independientes; por tanto, se tiene que
respetar un orden para que la estructura espacial no pierde el significado
exigido. Los niños y niñas que tengan problemas de estructuración
espacio-temporal, tendrán dificultades para organizar las palabras de una frase
si se les presenta desordenada. Por ejemplo: (niños-los- patio-por- el –
corren); o no podrán realizar una estructura espacial que represente su casa
utilizando material de psicomotricidad (cuerdas, tacos).
Ø
LA EVOLUCIÓN DEL ESPACIO EN EL NIÑO.
El espacio no es solamente
un espacio de acción y desplazamientos; es necesario interiorización para poder
convertirlo en un espacio de representación y, para ello, se requiere:
·
Su organización a través del esquema
corporal y de la experiencia personal.
·
Sistemas receptores sensoriales que
informen de las propiedades espaciales del medio; para ello, se dispone del
sistema visual y del sistema táctil-kinestésico, que permiten percibir las
características de los objetos.
·
Capacidad de simbolización y madurez mental
para acceder al espacio conceptual.
F. Ramos, citando a Piaget, señala que, para comprender
la evolución del espacio en el pequeño, hay que tener en cuenta las evolución y
construcción del mismo a partir de dos planos: un plano perceptivo o
sensorio-motor y un plano representativo o intelectual. Estos planos dan lugar
a dos grandes etapas en la elaboración del espacio:
1. Etapa del espacio
perceptivo(hasta los siete años).
2. Etapa del espacio
representativo (hasta los once o doce años).
El espacio perceptivo es un espacio “ práctico” elaborado a partir de
las acciones y exploraciones sensoriales, pero no es espacio representado
intelectualmente.
Durante los dos primeros
años, el espacio del niño es un espacio vivido afectivamente y orientado en
función de sus propias necesidades. En los primeros meses de vida se reduce a
exploraciones bucales, visuales, táctiles… Se puede hablar, entonces, de un
espacio bucal o, un poco más tarde, de un espacio próximo o espacio parcial.
Entre los dieciocho meses
y los dos aparece la permanencia de objeto y, con ella, la memoria espacial; el
niño puede buscar un objeto desaparecido, aunque se cambie de lugar sin que él
lo vea. Esto indica que puede representarse el “trayecto invisible” recorrido
por el espacio exterior a él, reconocerá los lugares que ha recorrido,
sabrá adónde va y dónde están ubicadas
las cosas, y las reclamará aunque estén fuera de su alcance; lentamente irá
accediendo al espacio total.
Aunque el espacio va
siendo interiorizado y representado, sin embargo, antes de los siete años
todavía permanece ligado a las acciones y las exploraciones, no están
suficientemente interiorizado; es un espacio “concreto” , y abstracciones
reflexivas. Se servirá también del lenguaje que, poco a poco, irá adquiriendo,
y comprenderá lo que es alto, grande, ancho, la izquierda, la derecha…
El espacio representativo,
también llamado intelectual o racional, se construye a partir de los siete u
ocho años, cuando el pequeño logra desligarlo de las acciones y exploraciones e
interiorizarlo. A partir de este momento se puede hablar de un espacio
intelectualmente representado, pero será
en la etapa de la educación infantil.
Piaget establece otra
clasificación del espacio, en función de cómo el niño lo va elaborando y
construyendo. Habla de un espacio topológico,característico del periodo
sensomotor (de cero a dos años). Para
construirlo, el pequeño se sirve de lo que denomina “propiedades topológicas” o
“relaciones” percibe que los objetos están próximos ( de cerca o lejos de él o
entre sí), separados, continuos, ordenados, dentro, fuera… Así, va aprendiendo
las primeras nociones espaciales y la situación de los objetos en el espacio y
como situarlos en él.
Pasados los cuatro años,
el niño empieza a diferenciar figuras geométricas sencillas y discrimina líneas
curvas, rectas, y angulosas. Empieza a darse cuenta de que no es lo mismo un
círculo que un cuadrado. Sin embargo, al dibujarlo puede pintar sólo un angulo,
haciendo los otros tres curvos.
Cuando comienza a
diferenciar ángulos, a reconocerlos y a dibujarlos, está pasando del espacio
topológico al euclidiano o métrico. Así, a partir de los cinco años se le pide
que reconozca un rumbo con los ojos tapados, puede decir que es un tejado.
En el espacio euclidiano el niño es capaz de conservar en su mente y, por
tanto, dibujar, ángulos, líneas y curvas, igualmente, tiene en cuenta las
proporciones, las distintas, la orientación, la situación, la dirección, el
tamaño… ha abstraído las formas y domina
mucho mejor las nociones espaciales.
Por último, cuando tiene
capacidad para proyectar los objetos en
el plano gráfico, no como son en realidad, sino como fueron vistos por él,
conservando la perspectiva, las líneas rectas, las proporciones, la distancia,
está accediendo al espacio proyectivo.
Vayer .P. “ El dialogo
corporal” Científico- Médica determina como va evolucionando el espacio en el
niño:
·
En la segunda mitad del primer año, explora
y localiza objetos y personas.
·
En la segunda mitad del segundo año
adquiere nociones de arriba-abajo y dentro- afuera.
·
Con tres años tiene sentido del orden de
objetos familiares y puede representarse el espacio al que dirige sus acción.
·
Con tres años y medio adquiere las nociones
demorada y orientación de itinerarios
simples.
·
Con cuatro años tiene las nociones de
ciudad y de calle, se representa mentalmente itinerarios y emplea con bastante exactitud el
vocabulario espacial.
·
Con cinco años empieza a distinguir la derecha de la
izquierda. Tiene pocas nociones de las relaciones geográficas pero reconoce algunos
límites específicos sabe dirigirse por la calle.
La educación del espacio.
Ya se indicado que para
que el niño pueda construir mentalmente el espacio, debe tener bien
estructurado el esquema corporal: por eso antes de educarlo de conocer las relaciones que se pueden
establecer entre los objetos, se ha de organizar el espacio corporal propio .
Adaptarse al espacio
supone conocer y orientar el propio cuerpo y sólo a partir de los ejes
corporales es posible orientarse y ubicarse en el mundo externo.
El eje vertical permite
descubrir las nociones de arriba-abajo y encima –debajo. El eje transversal
(brazos en cruz) orienta hacia la derecha, hacia la izquierda y en direcciones
oblicuas ( derecha- hacia atrás. Izquierda –hacia adelante…)
Por otra parte, además de
la acción y del movimiento con el cuerpo, para ir descubriendo el espacio se
precisa información visual para descubrir las superficies y sus propiedades (
formas, tamaños….) y el sistema táctil- kinestésico, que informa de la posición
del cuerpo en el espacio. Las kinestesia permite adaptarse a la realidad
espacio- temporal (orientación y ritmo).
Vayer establece tres
etapas en las que el niño de dos a cinco años podría ir construyendo el
espacio:
1.
Etapa de exploración . Los niños descubren
su espacio del trabajo mediante manipulación y trasporte de objetos. También se
dan cuenta de distintas formas de desplazarse ( agarrados de la mano, cogidos
de los hombros , en fila , en corro, sobre objetos…)
2.
Etapa: primeras nociones. Hacen recorridos
en el espacio con y sobre objetos ( tacos, saquitos… y adquieren sus primeras
relaciones espaciales ( nociones de partida y llegada, delante , detrás ,
encima , cerca de , al lado de….) Por último realizan construcciones en el
espacio con picas, cuerdas, telas…
3.
Etapa: relaciones en el espacio,
descubrimiento de direcciones en el espacio (con el balón, hacía arriba, hacia
abajo…) Realizar en la sala un recorrido con obstáculos dibujado en la pizarra.
Por su parte, Lapierre y Aucoutier Los contrastes y el descubrimiento de las nociones
fundamentales, Cientifico-Médica, 1985. Proponen educar, mediante
contrastes, las nociones espacio-temporales siguientes:
·
Nociones de grandeza. Expresan tanto el
tiempo como el espacio, y son : grande-pequeño, largo-corto, lejos- cerca, alto-bajo,
por encima- por debajo) adelante-atrás, delante-detrás, derecha- izquierda,
vertical- horizontal.
·
Nociones de dirección. Tienen un sentido
dinámico y en ellas son inseparables el espacio y el tiempo. Las más
importantes son : ir hacia… y venir de… ( desplazamientos en el espacio y en un
tiempo). Otras son : hacia…de, desde, desde… hacia, de… hacia, hasta , a través
y entre. Los trayectos pueden ir de más simples a más complejos, y se pueden
trabajaren el plano vertical( pizarra) u horizontal. Pasar del dibujo
simbolizado en la pizarra al suelo.
·
Nociones de situación: Se puede considerar
estáticas, en cambio, las de dirección tienen un sentido dinámico. La
fundamental es “dentro-fuera”. Se puede trabajar en volúmenes y en superficies
(dentro de la caja, dentro del aro) también hay que comprender la intersección
de dos o tres superficies ( la pelota estará dentro del aro azul y verde) y aprender a situarse “entre” el banco y la
ventana, “cerca-lejos” …
Para ayudar al niño a
pasar de su espacio corporal adaptándose al mundo se ha de tener en cuenta las
frases siguientes:
1.
Trabajar la organización del yo corporal (
partes de mi cuerpo que tengo, delante, detrás, arriba , abajo….) y ayudarle a
organizar temporalmente sus actos ( se levanta, va al colegio, come…).
2.
Aprender a situar los objetos con respecto
al yo ( la pelota está detrás de mí).
3.
Situarme yo con respecto a los objetos: en
primer lugar, situación respecto a un objeto orientado ( una silla, me pongo
delante, un coche…) En segundo lugar situarme respecto a objetos no orientados
(detrás de la pelota).
4.
Situar los objetos entre sí ( la pelota
delante del taco).
5.
Por último, ayudar al niño a pasar del
espacio de la sala al espacio gráfico (esto no es posible e la etapa infantil).
Hola. No sé si este blog siga siendo administrado. Sin embargo, sí aún es así, ¿podrían pasarme la fuente de la que sacaron esta información por favor?
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